Adicción tecnológica. 

La adicción tecnológica es considerada una enfermedad crónica y recurrente en la que no existe sustancia química que altere el sistema nervioso, pero el fenómeno cerebral que ocurre es similar. Es decir existe recompensa, placer y refuerzo. Esto produce complejas interacciones entre procesos cognitivos y emocionales.
Existen estudios a nivel neuronal que determinan resultados muy similares en la estructura cerebral entre sujetos adictos a sustancias o a conductas. Por ello, al día de hoy, se conoce que el funcionamiento cerebral es parecido ante ambos tipos de adicciones.
Las adicciones a la tecnología incluyen, comportamientos adictivos a internet, video juegos y móviles.

videojuegos: adicción

Estrategias

Para poder relacionarnos de buena forma con la tecnología deberíamos implementar estrategias tales como:

  • Poner límites en el uso y fomentar actividades recreativas.
  • En casa, deberíamos mantener espacios libres de tecnología, en donde podamos comunicarnos frente a frente, sin uso de pantallas.
  • Un elemento importante es poder identificar y controlar las emociones frente al uso de las tecnologías.
  • En períodos de aburrimiento, deberíamos identificar que otras actividades podemos hacer que involucre poco uso de tecnologías.
Adicciones Tecnológicas en niños

Población joven y contexto COVID-19.

El uso de pantallas en menores de edad es importante ya que el cerebro está aún en formación y la corteza prefrontal se encuentra inmadura. Incluso hay estudios en niños menores de 2 años que indican que la exposición a tecnologías puede dificultar y retrasar el desarrollo del habla y manifestar alteración en el sueño.
Actualmente Chile lidera el ranking de los adolescentes que emplean más tiempo conectados a internet.
El encierro por Covid, ha evidenciado en los padres el abuso de tecnologías que pueden tener sus hijos. Al mismo tiempo que ha facilitado el acceso en quienes se están iniciando en estas conductas adictivas.
Hoy en día, estamos todos expuestos a usar más las tecnologías, ya sea para estudiar, trabajar o interactuar con la familia, pero la clave está en cómo nos enfrentamos a ellas y el límite que ponemos en su uso. Esto marcará la diferencia.

¿En que deberíamos prestar atención?

Nos debemos fijar si nuestro ánimo depende de la presencia de pantallas, es decir, si notamos que el desconectarnos nos afecta de tal manera que nos desanimamos.
En el caso de niños debemos mantenernos alerta si éste no quieren alejarse de la pantalla. Si empieza a aumentar el tiempo de uso y exposición a las tecnologías e incluso reemplazando actividades o interacciones sociales que habitualmente hacía.
Algunas otras señales que podemos considerar es la presencia de alteración en el sueño o si se padece de Insomnio, si aparece ansiedad, y en niño puede verse alterado el apetito, las conductas agresividad e incluso el aislamiento.

Dra. Verónica Zumaran 

Médico Psiquiátra, miembro del Equipo del Instituto Médico Schilkrut.

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